El huracán Gaga no se va a ningún lado, a pesar de las evidentes
muestras de hartazgo que muestra el público generalista y que ya hemos
analizado en otras ocasiones: ‘Born This Way‘ vendió la mitad que el anterior álbum, ninguno de sus últimos singles triunfó de manera clara, y ahora su concierto en Barcelona,
único en España que se sepa, sigue sin agotar entradas dos meses
después de haber salido a la venta (quedan pocos tickets y de los caros,
pero quedan, algo muy raro para alguien de su estatus “he hecho un
disco que se va a cagar la perra”).
Sin embargo, Lady Gaga no se amilana. Después de cierto blackout
mediático, previo a su gira mundial, que la mantendrá ocupada primavera,
verano, otoño e invierno, dábamos por hecho que Germanotta
reconsideraría su posición en la música. Dos, tres o cinco años “de
silencio”, como suele decirse, en los que recapacitar sobre el excesivo
parecido entre muchas de sus canciones o el verdadero valor de su mano
derecha, el chabacano RedOne, no precisamente un Quincy Jones que pueda
ser reivindicado en el futuro por alguien, por despistado
que este se encuentre. Como si temiera ser abandonada por las radios
americanas como la Madonna cincuentona, o si se considerara una Rihanna
que en cualquier momento puede ser sustituida por una Ke$ha, Lady Gaga
ya ha empezado la campaña de su tercer o cuarto álbum (‘The Fame
Monster’ cuenta como álbum suelto para los Grammy; para acumular ventas,
se suele sumar al primero), anunciando que en septiembre dirá el título.
Nadie puede permanecer impasible ante este anuncio. Mientras un
rebaño de “little monsters” saca el cava o lo que sea (no recuerdo con
qué se brinda en las ocasiones especiales a los 15 años), el resto del
mundo tiembla ante el nuevo campañón en redes sociales, medios de todo
pelaje y otras fórmulas innovadoras que saldrán de aquí a entonces, que
se avecina. Porque el bombardeo mediático es obligado: ¿cómo no se va a
cubrir la noticia de un nuevo disco de Lady Gaga? Nadie lo cuestiona. La
única pregunta posible es en qué momento se convirtió en ese animal
mediático que dejaba en ridículo a Britneys, Christinas y compañía.
El debate de cuándo Gaga se convirtió en Gaga apareció un buen día en una de las decenas y decenas y decenas y decenas de páginas sobre ella que hay en nuestros foros.
Personalmente, si tuviera que elegir un momento clave de su carrera,
sería el lanzamiento del vídeo de ‘Telephone’, dirigido por Jonas
Åkerlund, publicado inmediatamente después de que fuera capaz de
convencer al mundo de que ‘Bad Romance’ era su gran clásico por mucho
que se pareciera a ‘Poker Face’, y por mucho que tuviera uno de los
bombos más cutres que se han oído en el pop reciente. Estas dos
canciones (‘Bad Romance’ y ‘Telephone’) permanecen como sus grandes
clásicos y parecen a la postre sus himnos, engrandecidos por haber
igualado los méritos comerciales de ‘Just Dance’ y ‘Poker Face’, que
molaban pero han envejecido algo mal, ya en estos cuatro años.
Un vistazo a las estadísticas de nuestro site, un ejemplo más como
hay miles, puede ser orientativo sobre la evolución de la cantante. La
primera vez que hablamos sobre Lady Gaga fue el 20 de julio de 2008,
fecha en la que, inocentemente, sin tener ni pajolera idea de la que se
avecinaba, le dedicamos un “Revelación o timo”
sin foto. Pusimos bien ‘Just Dance’, de la que elogiamos que “hablara
sobre una noche de desfase y borrachera en la que pierdes el móvil, no
ves nada, no puedes ni andar, etcétera”, y de la que concluíamos que era
“una de las aspirantes a canción del verano”. Aquella noticia en la que
planteábamos, por otro lado, que Gaga pudiera ser “one hit wonder”,
aludiendo a lo paupérrimo de “‘Disco Heaven’ o ‘Beautiful Dirty Rich’
(It’s Britney bitch vs ‘BackStreet’s Back’)” (sic), fue recibida con
tibieza por nuestros usuarios. Obtuvo sólo 13 comentarios, siendo el
primero de ellos, casualmente, de uno de los lectores más míticos del
site, Emecé de Discotraxx, que
escribió, escueto: “Timo!”. Odielectric, Edix y Fernando la defendían
con más o menos ganas, si bien este último era el único que no le ponía
peros. Decía: “TAMBIEN LA VI POR PRIMERA VEZ EN EL CERTAMEN Y COMO
DECIMOS EN MEXICO ES LA MAMA. MUY CHIDA SU PROPUESTA”. ¿El primer
“little monster” de JENESAISPOP? ¿Visionario, espantaja o trendsetter?
Ahí lo dejamos.
El siguiente artículo que dedicamos a Gaga fue con motivo del vídeo
de ‘Poker Face’, titulado, en un alarde de imaginación y paranoia “Lady Gaga hace un 69 en su nuevo vídeo“.
Los comentarios esta vez eran una aburridísima discusión sobre si el
disco largo había salido en Canadá o no, completamente sin interés, y el
número de clicks que generó, 684, normalito. Sin embargo, ya un mes
después, en noviembre de 2008, con aquella olvidada guerra
entre Christina y Lady Gaga, el asunto se disparaba hasta los 3.771
clicks y los 120 comentarios. Como guinda del pastel, era la primera vez
que se mencionaba a Madonna en esta fiesta, aunque no en los términos
en que se hace hoy, sino como referencia tanto para Christina como para
Lady Gaga. ¡Qué tiempos aquellos!
Tras este estreno en nuestro site, Gaga aún tuvo sus altibajos durante 2009. Nuestra crítica de ‘The Fame‘,
publicada un mes antes de la salida del disco en España, sí estuvo bien
cargadita de fans de todas las artistas mencionadas, a favor y en
contra, pero la noticia del “meet & greet” que hicimos con ella
fue leída meses después sólo por 700 personas, de las que diría de
memoria que participaron menos de 100 (hemos perdido aquellos mails,
lástima…), y nuestra crítica de su primer concierto en Madrid
sólo interesó en un primer momento a 1.100 personas (aunque con los
meses llegarían otros varios miles a través de Google y diferentes
sites).
Previos a ‘Bad Romance’, destacaría dos momentos fundamentales en la carrera de Lady Gaga. Uno es el estreno del clip de ‘Paparazzi’,
del que dijimos: “demuestra que su ácido y negro sentido del humor es
algo de lo que no pueden presumir la mayoría de las artistas pop con la
que se compara a la neoyorquina (…) No solo tiene talento sino que
además no tiene un palo metido por el culo”. Ya en aquel post sí había
una guerra abierta entre un usuario llamado David Etc, que aseguraba que
Madonna nunca había hecho nada así, y otro, Quisquilloso, que le
contestaba que el director, de nuevo Jonas, había trabajado varias veces
con Madonna. Ya veis, ellos dijeron en 2009 lo que hoy se repite y se
repite todos los días hasta la saciedad (más lo que queda).
El segundo, por tonto que parezca, es el mítico post “Lady Gaga habla sobre su supuesto pene“.
“Sólo” fueron 95 comentarios, pero la cifra de clicks es antológica:
83.734 y subiendo. Al margen de los curiosos que todavía se preguntan si
Gaga tiene pene o no (unos 20 nos llegan cada día), lo grandioso de
aquella noticia era la revelación de que Gaga se reía de sí misma y
tenía una contestación atrevida para cada cosa. Era, definitivamente,
una estrella del pop, lo que después dejarían claro los carismáticos
singles de ‘The Fame Monster’ y un disco gracioso para los fans de
‘Slippery When Wet’, que se tragó con patatas gente que no sabía lo que
era eso.
No sé si queda algo de aquella artista divertida. Como señalaban recientemente en Popjustice,
Gaga no supo admitir, ni mucho menos decir nada gracioso, del parecido
entre ‘Born This Way’ y ‘Express Yourself’, que yo nunca vi tan
pronunciado hasta que ella se empeñó en negarlo categóricamente. Hace
tiempo que no me río con Lady Gaga como me reí el día que vi el vídeo de
‘Paparazzi’, el de ‘Telephone’ o el invento de las metratetas. La
artista que imita constantemente la cara de asco y mala persona de
Marilyn Manson -sólo que él está caracterizado- ha pecado claramente de
haberse tomado su talento tan en serio como si fuera Kate Bush o algo
así. Por eso y mucho más, soy el último del mundo que desea su vuelta,
pero tengo que reconocer dos cosas: que ya estoy preparando el bidón de
palomitas para el próximo invento y que, como en el caso de Caribou o Beach House, su adicción
por el trabajo y su aversión por estar en casa mano sobre mano me
resultan fascinantes. Las razones de que estemos hoy hablando de ella y
no de otra.
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